La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.[1] Los lazos principales que definen una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio[2] —que, en algunas sociedades, sólo permite la unión entre dos personas mientras que en otras es posible la poligamia—, y vínculos de consanguinidad, como la filiación
entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos
que descienden de un mismo padre. También puede diferenciarse la familia
según el grado de parentesco entre sus miembros.
No hay consenso sobre la definición de la familia. Jurídicamente está
definida por algunas leyes, y esta definición suele darse en función de
lo que cada ley establece como matrimonio. Por su difusión, se
considera que la familia nuclear derivada del matrimonio
heterosexual es la familia básica. Sin embargo las formas de vida
familiar son muy diversas, dependiendo de factores sociales, culturales,
económicos y afectivos. La familia, como cualquier institución social,
tiende a adaptarse al contexto de una sociedad. Esto explica, por
ejemplo, el alto número de familias extensas en las sociedades tradicionales, el aumento de familias monoparentales en las sociedades industrializadas y el reconocimiento legal de las familias homoparentales en aquellas sociedades cuya legislación ha reconocido el matrimonio homosexual.
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